jueves, 26 de noviembre de 2009



Ubicación: Plaza de Achao, Isla de Quinchao. Comuna de QuinchaoPatrona y fiesta principal: Santa María de Loreto, 10 de diciembre. Otras fiestas religiosas: Peregrinación Matao - Achao (1 enero), Nuestra Señora del Carmen (16 de julio) y Nuestra Señora de Gracia (8 diciembre).
La Iglesia de Achao es la más antigua de las iglesias chilotas que permanecen en pie. Su nave fue construida alrededor de 1740. La torre fachada fue remodelada más tarde (segunda mitad del siglo XIX) a semejanza de la Iglesia de Quinchao. De expresión barroca, destacan en ella la bóveda central -seccionada en cinco canales con casquetes- y el excepcional retablo de madera ubicado detrás del altar, obra del misionero franciscano Alfonso Reyna. Sobria en su exterior, pero en su interior los casquetes de su bóveda presentan motivos tallados y pintados que reproducen en altares, muros y púlpito. Las columnas son salomónicas y se aplican motivos vegetales, propios del barroco.
La iglesia se emplaza frente a una explanada que fue definida en sus orígenes por arboledas y desniveles del terreno, espacio que en la actualidad ha llegado a constituir la plaza del pueblo. El acceso se orienta hacia el mar, a dos cuadras del borde del mar.Esta Iglesia, según los expertos, es la síntesis de todas las Iglesias Chilotas. Al edificarla, no se empleó un solo clavo. Todas las partes se ensamblaron mediante tarugos de madera.
Fue declarada Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico en 1951 y Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO en diciembre de 2000.







Arquitectura Chilota


Las Iglesias de Chiloé en Chile son un fenómeno arquitectónico en el continente americano y la representación más prominente de la llamada arquitectura chilota; están ubicadas en el Archipiélago de Chiloé y fueron construidas desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XX.
La historia de estas iglesias se remonta al siglo XVIII, cuando llegaron a las islas evangelizadores de lugares como Baviera, Hungría y Transilvania, quienes impulsaron la construcción de templos perdurables, basándose en la arquitectura de sus países y parte de las técnicas de construcción, que se mezclaron con las locales creando así la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera.
De las 150 iglesias pertenecientes a esta escuela, muchas no resistieron en paso del tiempo, pero otras se han mantenido en pie por cerca de 300 años y hacen parte de las edificaciones en madera más antiguas que aún se conservan en el mundo.
De estas iglesias, 16 han sido declaradas Monumento Nacional por el Gobierno Chileno, teniendo en cuenta la necesidad de su preservación, y en 1993 se inició una campaña para que fueran declaradas Patromonio de la
FUENTE: http://serturista.com/chile/mirada-a-la-arquitectura-chilota-en-chile/











































Evangelización de Chiloé

En el extremo sur de la América Española la gobernación de Chiloé –denominada "el último extremo del Reino de Chile", el "non plus ultra de la América Meridional", "la última cristiandad" la misión circular jesuítica constituyó un método eficaz de evangelización de los naturales. En el año 1717 el P. José Imhoff escribe al Obispado de Concepción comunicándole que con el propósito de "obedecer a V.S. Iltma, hago esta relación, aunque brevemente, de las misiones de Chiloé, que son las más gloriosas y apostólicas en todo el Reino de Chile" reitera la opinión generalizada de ser la más prestigiosa desde los inicios del siglo XVII; aunque el trabajo de los religiosos es arduo, "se les suaviza a los misioneros por ver el fruto tan abundante que se hace en las almas de aquellos indios, pues son muy dóciles e inclinados a las cosas de Díos". Como señala un historiador contemporáneo, "los jesuítas consiguen, durante el siglo XVII, erradicar la poligamia, los amancebamientos y la hechicería... la sociedad india muestra un sano aspecto cristiano, muy superior a la del continente, lo que permite decir a Ovalle que la misión de Chiloé es "de las más apostólicas que tiene en el mundo la Compañía... y de las más gloriosas... que se hallan en todas las tierras".

La misión circular dio forma y estructuró el espacio habilitado por indios y españoles en unión residencial, constituyendo un tipo de lugares poblados de peculiares características. Estos "pueblos de naturales" reconociendo como centro la plaza –iglesia, fueron ligados por medio de la acción religiosa de la misión, periplo terrestre- marítimo de ciclo anual, establecido de acuerdo a un calendario y a un ritual estrictamente repetido por más de ciento cincuenta años; asumida por los franciscanos después de la expulsión de 1767, y renovada bajo forma de vistas pastorales después de la erección del Obispado de Ancud en 1836.
Son numerosos los documentos que describen en forma detallada el itinerario de la misión, el ritual que se observaba al llegar al lugar, las ceremonias y actos religiosos que congregaban en la capilla a todos los naturales:
"Como hay tan pocas misiones fundadas en aquel archipiélago, es preciso que haya una como volante que socorra a todos los pobres isleños. Hay, pues, dos padres que tienen solo ellos el nombre de misioneros, quienes casi todo el año van de capilla en capilla, de iglesia en iglesia y de isla en isla. El método que llevan es digno de escribirse y es el siguiente. El 17 de septiembre vienen de Ichoac al colegio de Castro, dos piruagas, con algunos indios de aquel pueblo, a buscar a los padres misioneros. Estos, que ya están prontos, que salen de aquella ciudad en una precesión, que se hace hasta la playa, donde se embarcan los siguientes santos de bulto: San Isidro, San Juan Evangelista, Santa Neoburga, La Virgen y el Señor Crucificado, grande. A más de esto los ornamentos para las misas, mesas, cajones, etc., y cuanto es necesario en una tierra, donde nada hay. Los misioneros con los fiscales se embarcan en otra piragua y tiran las tres piraguas a la isla de Lemuy, donde está Ichoac. Una milla antes de llegar allá, sale de aquella iglesia una procesión de todos los indios, indias, chicos y grandes, que pertenecen a la capilla, Van con una cruz por adelante y algunas luces, cantando a coro las oraciones. Habiendo llegado las piruaguas, se desembarcan los santos y en procesión con los padres misioneros se conducen a la iglesia, donde se colocan, cada uno de sus nichos señalados. Se encienden las velas, que nunca se apagan desde aquel punto hasta la salida. Un indio ya anciano es el patrón del Santo Cristo, quién goza el privilegio de andar en la procesión con una bandera, y tiene dos ayudantes para que cuiden del mismo altar mayor, donde están San Juan y la Virgen. San Isidro tiene otro patrón que cuida de su altar, y Santa Neoburga tiene la patrona que también cuida de los mismo. A estos patronos deben obedecer todos en aquellos, que pertenece a su altar, y a la patrona deben obedecer las mujeres. Colocado todo en su lugar, el padre hace una plática de media hora en su idioma, dándoles parte de la venida de Cristo para el bien de sus almas. Acabada la plática se pone el padre en la puerta de la iglesia con la matrícula y pasan todos, uno por uno, para ver los que murieron o nacieron en aquel año y borrarlos o inscribirlos. En ese tiempo todos los solteros dicen las oraciones para ver si alguno no las sabe. Acabada eta función, se da la bienvenida a los padres y les regalan también, quién unos huevos, quien unas papas, quien carne, quien harina u otra cosa de su pobreza. Y el padre les corresponde con una aguja y un poquito de sal, como dos o tres onzas a cada uno, o si no un pimiento, que mueren por él. Ya que entró la noche se toca al rosario, que rezan todos en la iglesia. Al fin de él se cantan unas alabanzas y se hace el sermón con otros cantos al final de él. Al otro día, al alba, el fiscal de aquella iglesia toca una campana con la que llama a los niños para rezar la doctrina en la iglesia y cantan unas alabanzas. Luego las indias barren la dicha iglesia y la plaza de ella y se comienza el rosario, al fin del cual un padre hace un sermón".

"Acabado del sermón, el padre más antiguo se informa de los males públicos de aquella tierra, si los fiscales y patronos han cumplido con su obligación, qué quejas hay, qué otras cosas dignas de remedio, etc. Ajustado todo, comienzan las confesiones a las nueve: El segundo misionero dice la misa, se deposita el santísimo y acabada la misa da los óleos a los niños nacidos aquel año, que son bautizados por el fiscal y no han podido ir a la ciudad, Luego el padre monta a caballo y va a confesar y comulgar a aquellos enfermos, que totalmente les es imposible venir a la iglesia ni en propios ni ajenos pies. A las once comienza el rezo de todos y luego entra la Vuta misa, esto es la misa grande, por ser con muchos y devotos cantos. Después del evangelio se hace el sermón, que todos oyen, y se cuenta un ejemplo. Después de la misa salen las niñas por una parte y los niños por otra a decir públicamente el catecismo, y al que lo hace mejor da el padre un premio. Vgr., dos agujas si es niña y una estampa si es niño. Hace el padre una breve explicación del catecismo y se van a comer. A las tres de la tarde se toca a rosario y al fin el fiscal cuenta públicamente el ejemplo, que por la mañana dijo el padre en el sermón, y luego se confieza hasta la noche, en que se reza otro rosario, hay sermón y después cantos de devotas alabanzas, todo lo que se acaba entre diez y once de la noche. Al otro día se hace lo mismo en todo. Y al cuarto día es la comunión general, que se hace con mucha devoción y ternura. El oficio del fiscal es, todos los sábados y domingos, llamar a la doctrina a los niños, que deben tener bien instruidos. Item debe bautizar y ayudar a bien morir. Item, si es posible llamar a un confesor o del colegio o de la misión más cercana, bien que a veces es imposible por la distancia. Item, estando los padres en su capilla durante la misión debe tener la iglesia adornada con laureles, etc., y lo mismo la plaza; y como su oficio es trabajoso, tiene dos niños consigo como sotafiscales, que le han de obedecer en un todo y durante la misión deben obedecerle todos. La colación del empleo se hace públicamente entregándole una cruz larga, que a cualquier parte que vaya, lleva consigo como que es su divisa, con la cual es más respetado en todas partes. No se le da el empleo, sino después de un largo examen en la doctrina, etc.; una notoria ejemplaridad de costumbres y otras cualidades, debe ser casado, y de ningún modo puede serlo el soltero. Y estando los indios obligados a trabajar por los españoles cincuenta y dos días al año, sin darlos de comer (que es una paliada esclavitud), los fiscales están exentos. Haciendo los padres la misión en la capilla, deben concurrir otros fiscales para aquellas funciones que hay. Uno se ocupa de tener sujetos los niños y las niñas, que hasta el día de la comunión, siempre están en la plaza en dos ruedas con un fiscal en cada una, preguntándoles sin cesar la doctrina; con la cual diligancia y la de todo el año, están aquellos niños tan instruidos, que podrían competir con cualquiera escuela de las Europa. Otro fiscal hay que cuidar de los enfermos, otros de otras cosas y todos han de cantar en la iglesia juntos".
"En todas las capillas hay procesión, que se hace en la víspera de la comunión por la comunión por la noche. Pero hay capillas señaladas, donde hay Vuta procesión, esto es procesión grande o extraordinaria, que no disgustará referirla. Es grande porque a ella acuden los de las capillas cercanas, vgr. Ocho o diez leguas. Por la tarde el patrón de la iglesia envía algunos hombres al monte a hacer hachones, que los hacen de quillas secas, semejantes a cañas llenas; de éstas hacen un atado de cinco varas de largo y de grueso como el cuerpo de un muchacho, y hechos ya, los ponen en medio de la plaza, Ya que de las capillas vecinas llegaron los patronos y la otra gente, sale el patrón de la iglesia con su bandera, acompañado de muchos, y puesto en medio de la plaza, vienen los patrones de otras capillas, cada uno con su bandera, y uno por uno, batiendo de varios modos la bandera, hacen reverencia al patrón de aquella, quien a cada uno corresponde del mismo modo y los entra en la iglesia. Acabado el sermón, que aquellas noche es siempre de la pasión, se encienden los hachones, y queda la noche más iluminada que con mil hachas de cera. Sale la cruz, y delante la procesión; tras de la cruz van los niños, y luego sigue otra bandera. Tras ésta van todos los solteros, y luego San Isidro en andas, que llevan seis hombre. Luego siguen todos los casados, después de esto, los caciques y gobernadores y los patronos de otras capillas van con sus banderas, todos de dos en dos. Después diez fiscales, que son los mejores cantores y tras esto viene el Santo Cristo, su Madre y San Juan. Sigue otra cruz y las niñas, tras éstas todas las solteras, luego Santa Neoburga en andas, que la llevan seis mujeres, y siguen luego todas las mujeres casadas que hay, llevando una vela de sebo aquellas que son suplicas de la patrona. El padre misionero va la fin. Esta procesión es capaz de sacar las lágrimas a cualquiera que la viese y más con aquel canto tan tierno y devoto. El fin principal que tuvieron los misiones en hacer esta procesión, fue que no habiéndose podido confesar todos en alguna de las capillas pasadas, o alguno a quien se le había dilatado la absolución, otro cuyo casamiento no se había podido ajustar, etc., éstos puedan ir otra vez a hablar con los padres sin nota, con lo cual se consigue ajustar lo que no se puedo en la otra capilla, sin que nadie lo entienda. Al último día se hacen los casamientos, habiendo precedido las amonestaciones. El día de la salida se acomodan los santos en sus cajones, se llevan en procesión a la playa, donde hecha una breve exhortación, el misionero les echa la bendición. Se embarcan los santos en las dos piraguas, que llegan el día antes de la otra capilla, y al comenzar a navegar gritan desde la playa tres veces: ¡Buen viaje!. Unos sentados, otros de pie, otros hincados no apartan los ojos de las piraguas, llorando muchos de pensar que no verán ya sacerdotes hasta el año siguiente, principalmente los de las capillas remotas".(4).
Si bien el método de la misión fue invariable, la duración en el tiempo dependía del número de personas que los misioneros podían atender. Los franciscanos mantuvieron el sistema de la misión circulante introduciendo junto a la cabecera principal de Castro, el sistema de cabeceras sufraganeas que posibilitaba el trabajo sectorial. Estas cabeceras o capillas residenciales situadas en el centro de un área y con buena llegada a las capillas que debían servir eran 9 en 1785 (5). La buena elección de las capillas cabeceras quedó confirmada por el servicio práctico al transformarse con posterioridad y hasta hoy en asientos parroquiales –a excepción de Tenaún que fue sustituida por Dalcahue- siendo éstos: Castro (con 9 pueblos), Puqueldón (con 6 vpueblos), Queilen (con 8 pueblos), Tenaún (con 9 pueblos), sin contar a Carelmapu y Calbuco, que posteriormente pasaron a formar parte del Obispado de Puerto Montt.
Después de siglos de tenaz y constante labor evangelizadora en esta suerte de "jardín de la iglesia" construida por los misioneros y la participación de los seglares en la institución de los fiscales, las islas de Chiloé se constituyen en un espacio geográfico humanizado sustrayendo al territorio desconocido y salvaje esta porción bautizada del orden cristiano, como bien lo describe un misionero en 1769 en su Noticia Breve y Moderna del Archipiélago de Chiloé.
"Vamos caminando al sur, y en el mismo Lacuy encontramos una gran ensenada, al fin de ella un pueblo de indios con una buena capilla toda de madera y de tres naves. Cinco leguas más adelante... tres pueblecitos de indios que son Pudeyo, donde hay muchos españoles, Caipulli y Peldehuetu... En el río Caulín hay otro pueblo de indios que tiene su iglesia, como los pasados, y en aquella ensenada de Chacao hay otro que se llama El Estero... Siguiendo la costa se halla Manao, pueblo de indios, pequeño, con una iglesia proporcionada... A poca distancia está Lina... pueblo de indios, pequeño.... Síguese Llico, otro pueblo miserable en la costa... Más al sur hay una grande ensenada, que más parece laguna, a cuyas orillas está la iglesia del pueblo de indios, que son los de Huitu. Como tres leguas distante está el otro pueblo de Chaurahue... En una punta más adelante el pueblo de Caling y Tenaún... En otra ensenada está Quitales, donde más son los españoles que los indios puramente tales, Dalcahue... es un pueblo de indios muy pequeño... tierra adentro, está Quilquico, que tiene muchos indios y españoles con una bonita iglesia. Y más adentro tirando al norte, está el pueblito de Tey... y al noroeste, entre bosques está Putemun, abundante de indios y pocos españoles. En los 42 grados y 40 minutos hay una lengua de tierra, cuyas costas llena de pequeñas ensenadas tiene otros tres pueblos: Rilán, con buena iglesia, muchos españoles e indios, Curahue, pocos indios y muchos españoles, y Yutuy lleno de ambos".
"En los 42 grados y 30 minutos de otra lengua de tierra, donde está fabricada, la ciudad de Castro, capital de toda aquella provincia o archipiélago, es ciudad sin gente, que sólo la habitan los nacionales a tiempos señalados del año... Tienen los jesuitas allí un bello colegio y grande iglesia, toda de madera... Quitada la iglesia parroquial, que es buena para aquellas tierras, no hay más iglesias en esta ciudad, que está como en el centro de la grande isla y aun de todo el archipiélago. Tiene Castro al oeste el pueblo de Llaullau, que es pequeño.
"Volviendo a tomar la costa sur se encuentra un pueblecito: Narcon, y más adelante el de Rauco, grande más que los otros y a pocas leguas siguie Vilupulli, pequeño... distante siete millas de Villinco... cuya iglesia está a las orillas de la laguna de Cucao... Y antes de llegar a él, se ha de pasar por otro pueblo kllamado Notuco. En los 43 grados menos 7 minutos está el pueblo de Chonchi, de muchos indios. Aquí acaban de edificar los padres jesuitas una iglesia mayor que la de Castro, de madera toda, con columnas cuadradas de una pieza, que da admiración aquel cuerpo tan grueso... Seis leguas de Chonchi está Terau, primer pueblo de indios llamados payos, cuya costa es bien terrible. Adelante cuatro leguas está Queilu y en una grande ensenada de aquel más está Paibad, y al fin del brazo, está Compu, y Chadmo en otra más al sur... Está Huildad en un alto y tiene una iglesia paqueña pocos indios..."
"En frente de Chacao hay dos piedras... Tirando al sur en los 42 grados nueve minutos está la isla da Caucahue, que tiene de circuito como 17 millas, donde hay un pueblo de indios con su pobre iglesia... al este como 12 millas, están las islas de los Chauquis, que son 10 y tienen un gobernador indio para todos los habitantes de ella. De éstas cinco son pobladas, de las cuales tres tienen su iglesia, que son: Añihue, abundante en erizos, Chequian, pequeña, y Vutachauqui, que es la mayor, las más fértil y la más poblada".
"La isla poblada y más cercana a los Chauquis por la parte del sur es Maulín, cuyo pueblo todo de indios es muy corto. Al oeste de Meulín está Linlin, distante como siete millas... Están en esta isla mezclados indios con españoles; es más fértil que Meullín y tiene una mediana iglesia. A poca distancia, por la parte del sur, está Llima, isla pequeña, con su iglesia proporcionada, pocos indios y sólo una familia de españoles, Tres leguas y poco más al nordeste está la de Quenac, de quince millas de giro, cuyos habitantes son casi todos españoles. Tienen una buena iglesia... Al este sueste está situada Apeao, toda poblada de solo indios, con buena iglesia... Al sueste de Alao se sigue la isla de Chaulinec, cuyos indios... ahora están con su pueblo e iglesia...".
"Al noreste Chaulinec está Quinchao, mayor que todas después de la grande... Está poblada así de indios como españoles. Tienen aquellos seis pueblos, que son Matao, Vuta –Quinchao, Huyar, Palqui, Curaco y Acaho. En Acaho, que está cuasi en el centro de la isla, tiene los padres jesuitas una misión con una bella iglesia de madera de tres naves, con columnas todas de una pieza... Chelín poco distante de Quehui, es buena y poblada más de españoles que de indios. No tiene leña y se provee de Quehui, que toda es bosque y muy poblada sólo de indios, con buena iglesia".
Las iglesias misionales, construidas, mantenidas y reconstruidas periódicamente por las comunidades, se fueron haciendo cada vez más numerosas: a mediados del siglo XVII eran más de 40 en 1767 un registro identificaba 77 capillas a fines de eses siglo cuando los franciscanos se habían hecho cargo de las misiones éstas sumaban 82, cerca de 100 a comienzos del siglo XIX y más de 150 un siglo después. Estos templos, signos visibles de lo religioso en el paisaje geográfico y cultural de las islas, tal como los conocemos en este siglo, en su "forma tradicional", constituyó el objetivo de la investigación patrocinada por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) denominada "Las iglesias misionales de Chiloé: el estudio de una escuela de arquitectura religiosa". Esta publicación presenta los resultados más importantes obtenidos en este estudio, documentos gráficos y escritos obtenidos en el trabajo de archivo y de campo que posibilitaron la elaboración de las conclusiones que aquí se exponen.
FUENTE: http://www.iglesiasdechiloe.uchile.cl/historia/misionchiloe.html











Misión Evangelizadora de los Jesuitas

Ciudad de Achao.
Fueron los jesuitas los primeros en establecerse en la Isla de Quinchao, en el año 1702, al erigir en el sector de Chequián una capilla y un edificio, donde atendían la evangelización de los indios chonos de Chaulinec y Apiao.
Los orígenes de la localidad de Achao se remontan a 1730, fecha en que se construye la iglesia Santa María Loreto de Achao por mandato de la orden franciscana, quienes se quedan en la Isla sólo hasta el año 1767, momento en que son expulsados de los dominios de la corona española. Dos años más tarde llegan a hacerse cargo la misión de los sacerdotes franciscanos.
Ya en el siglo XIX, Achao va consolidándose como centro urbano, surge la Primera Notaría y Juzgado. En 1870 se inicia la primera la construcción de la Escuela Superior Nª 1 de Achao, Las rutas camineras tienen un gran avance con la construcción de el camino asfaltado Achao-Curaco de Vélez, el que con el tiempo se extiende hasta Dalcahue. En 1927 se instaló la primera planta generadora de electricidad a carbón. En 1946 se inaugura la Planta Eléctrica Municipal, la que funcionó hasta 1966 cuando Achao comenzó a recibir el suministro del sistema interconectado a Endesa. La Rampa de Achao fue construida en el año 1937 y ampliada hasta sus actuales dimensiones en el año 1980. En 1952 se funda el colegio Parroquial Santo Tomás de Aquino, el que en el año 1954 con la llegada de la congregación filipense pasa a llamarse Liceo Ramón Freire.
El terremoto del sesenta, se hizo sentir en la Comuna de Quinchao, al igual que en todo el sur del país, sin embargo la posterior construcción de la Ruta 5 Sur, junto con el mejoramiento del servicio de transbordadores en el Canal Chacao y Dalcahue, contribuyeron a potenciar el despegue de la Isla de Quinchao.